EL CAÑONOMICÓN

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LIBRO DEL CREPÚSCULO

En una ocasión sentí la energía vital que fluía por mis venas. Era algo eléctrico. Pero al ser un perdido... uno siente a la vez un chisporroteo eléctrico y una extraña sensación de entumecimiento. Con cada muerte mi chispa se mezcla con algo ajeno y divino. Y cuando el sueño termina, te despiertas a las orillas de tu antiguo fallecimiento. Una, y otra, y otra vez. Cada viaje te arroba, y es infinito. Cada momento de vigilia es un regalo y una fruta envenenada. ¡Pero he visto el fin! ¡He visto cuándo se extingue la chispa! ¡No quedará nada salvo energía informe! ¡Fuego etéreo! Solo es cuestión de tiempo. Creo que, precisamente, tiempo tenemos todos de sobra. - <i>Capitán L. Wright</i>