Un éxito modesto

He hecho un avance, aunque pequeño, en gran parte gracias a la capitana Madelaine, Maddie. Se ha puesto a capturar marchitados con una concentración que rara vez he visto. Sospecho que debe tener que ver con la pérdida de alguien, porque solo toma el dinero suficiente para mantenerse y poco más que eso. Es incansable: mis jaulas están llenas de sujetos para mis experimentos. Mi familia no me llama para compartir las comidas ni me espera para dormir, ahora duermo en el taller. Pero la alquimia funciona. Los observadores (los que siguen dispuestos a participar en los experimentos) cuentan que, tras consumir mi última mezcla, la corrupción no los carcome como antes y así conservan su fuerza de camino al norte. He enviado la receta al magistrado y también guardo registros aquí. Pero no puedo dormirme en los laureles, debo continuar trabajando. Una victoria a medias no es suficiente: la fórmula solo atrasa la aflicción, pero no la cura. ¡Debemos exterminarla por completo! ¡Y yo seré yo quien lo consiga! – M. Havelock, archiministro